¿DE CUÁL DE MIS CREENCIAS DEBO PRESCINDIR? ¡DE TODAS LAS QUE TE ATRAPAN Y TE HACEN INFELIZ!
He aquí un ejemplo de creencia negativa fuertemente arraigada que hemos aceptado como cierta: «Es muy difícil cambiar». ¡Mentira! Quieren que creamos que no se puede cambiar. Y se puede y se debe cambiar, por bien nuestro y de la humanidad. De ahora en adelante vamos a afirmar: «A mí me resulta fácil cambiar».
