Cuphea hyssopifolia es una planta muy resistente y de fácil cultivo siempre que crezca en climas tropicales donde las temperaturas son altas durante casi todo el año. En climas templados puede requerir algunos cuidados especiales sobre todo en invierno. Los siguientes aspectos son los que tenemos que conocer para tener una Cufea frondosa y florecida durante mucho tiempo:
Iluminación:
Requiere sitios muy iluminados o ubicarse a pleno sol. Se observa la planta con mejor salud y belleza si la ubicamos bajo luz solar filtrada o semisombra. Lugares muy sombríos la marchitarán con rapidez.
Temperatura:
Debe crecer en climas cálidos donde las temperaturas sean superiores a los 20⁰C y nunca inferiores a los 5⁰C. Las temperaturas muy bajas pueden provocar la muerte de la región aérea de la planta con probabilidades de reaparecer al aumentar las temperaturas. En regiones templadas debe cultivarse en invernaderos.
Frecuencia de riego:
Requiere de abundante agua en climas muy cálidos donde la tierra se seca con rapidez. Debe regarse en verano de 3-4 veces por semana y reducir a 2 en el invierno. Los riegos deben ser profundos pero evitando el encharcamiento del agua.
Sustrato más recomendado:
Crece sin problemas en tierra de jardín cuando esta posea un drenaje perfecto. El mejoramiento del drenaje lo podemos lograr combinando la tierra con piedras pequeñas y algo de arena de río. También necesita un suelo rico en materia orgánica que lo podemos lograr con la incorporación de abonos como el humus de lombriz.
Necesidad de poda:
Si nuestra planta crece verticalmente de forma exagerada, podemos podar gradualmente para estimular la ramificación del tallo.
Plagas y enfermedades:
Es bastante resistente a las plagas y son poco probables en esta especie. Las principales patologías que podemos observar son la pudrición de las raíces y tallos por el encharcamiento del agua y la muerte del follaje por el frío intenso.
Multiplicación:
Se reproduce fácilmente por esquejes de tallos de más de 8 cm que debemos enterrar en sustrato idéntico al de la planta madre. La reproducción por semillas es muy fácil y generalmente ocurre de forma natural (se observan plántulas en la periferia de la planta madre).
