El mundo es un reflejo de tu estado de consciencia. Todo aquello que ves en el exterior y te afecta, es lo que la Vida te muestra para que lo trabajes en ti mismo.
Date cuenta de ello… obsérvate a ti mismo…
Cuanta más paz hay en ti, más tranquilidad hay a tu alrededor. El mundo te lo refleja. Pero cuando tu mente empieza a alterarse y surgen emociones, el mundo también te lo reflejará.
Tú puedes decidir cómo prefieres que sea tu experiencia, llena de armonía o por el contrario repleta de problemas.
Observa cómo estás reaccionando tú con respecto a tu entorno; observa cómo te relacionas con tu familia, tus amistades, tu trabajo y contigo mismo… tienes libre albedrío en tu forma de reaccionar.
Sé consciente de aquello que haces a los demás; recuerda que todo te lo haces a ti mismo… el mundo es Tú mismo…
No hay nada que hacer en el exterior si sigues alimentando esa tormenta interna… todo está en ti.