APRENDE A FLUIR COMO UN RÍO.
Un río se desplaza superando obstáculos por doquier. Es una gran lección que nos regala el río. La clave está en que nunca deja de fluir. Desde esa perspectiva, ante lo inesperado todos deberíamos entender que la vida no se trata de luchar sino de dejarnos llevar. Es decir, deberíamos aprender a dejar que nuestra vida fluya como el agua del río, en lugar de empeñarnos en forzar las cosas, en nadar contra corriente.

