La gente tiene que seguir incluso después de que el arroz quema, el agua se seca y el vino se derrama. La gente sigue después de descubrir que los defectos empeoran con la edad y las cualidades se hicieron costumbre en el día a día. La gente tiene que continuar después del duelo, de la partida, la despedida, de las horas frías, del camino incierto. El mundo sigue y aprende a cantar «a pesar de ti, mañana será otro día»…Por el amor que no funcionó, por las deficiencias recurrentes, por nosotros mismos que no siempre somos los que nos gustaría ser. A pesar de nosotros, de nuestras grietas y desencantos, la gente tiene que continuar…
