CADA CAUSA TIENE SU EFECTO, CADA EFECTO TIENE SU CAUSA
Siempre hemos oído hablar de ella, pero no le hemos dado verdadera importancia. Creemos siempre que esta «ley del Talión», que consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó, se aplicará a alguien más, menos a nosotros, porque casi siempre nos consideramos libres de esa responsabilidad. La realidad es que no solamente nos atañe y nos toca entrar en la balanza de la justicia que pesa todos nuestros actos, sino que, además, por nuestras programaciones y condicionamientos mentales, le añadimos una inmensa carga de extras. De acuerdo con esta ley los hombres no deberíamos jamás buscar venganza, tener resentimientos, cobrarnos a la mala, o imponer nuestra propia ley.
Graciela de Ross
