¡DEJEMOS DE CREER Y LUCHAR CONTRA EL MAL!
Enriquezcamos el mundo con comprensión y sabiduría. El mal, como tal, no existe en realidad, o al menos no existe por sí mismo. Dios, el bien, es absoluto. Eso significa que no puede haber una fuerza opuesta a Dios a menos que el hombre la cree para sí mismo. El mal es simplemente el resultado de que la humanidad no tenga únicamente a Dios (el bien) presente en sus decisiones (o en sus corazones). La creencia de que el mal existe y lucha contra el bien es una idea muy arraigada sobre la que se ha construido nuestra visión del mundo. Y precisamente la creencia en dos poderes, el bien y el mal, es la causa de todo nuestro sufrimiento. Retirémosle todo poder al mal creyendo que solo existe un único poder, el poder de Dios, y una sola condición, el bien.
