LA VERDAD RESIDE DENTRO DE NOSOTROS MISMOS.
Me atormentaba recriminándome y preguntándome a mí misma: ¿Por qué no te preparaste cuando aún no tenías a tu hija?, ¿por qué no ahorraste?, ¿por qué no hiciste esto o aquello? ¿Por qué? Era la primera vez en toda mi vida que yo estaba buscando las respuestas en el lugar correcto: ¡en mi interior! Cuánto sentido le encontré a las sabias palabras de San Agustín, cuánta razón tenía cuando él dijo: «No busques afuera, vuelve hacia ti mismo, en tu interior habita la verdad». Así es, y en mi interior encontré que nadie más que yo tenía la culpa por lo que estaba pasando, ya que nunca tomé tiempo para reflexionar sobre mi vida, no me preparé, ni ahorré, ni nunca hice nada que me beneficiara, porque yo vivía como vive mucha gente, vivía evitando el esfuerzo, vivía solo por vivir, vivía una vida desordenada, sin dirección y sin darme cuenta, me dejé arrastrar por la corriente del conformismo y del nunca hacer nada para mí misma, nunca me preocupé por superarme y salir adelante, más bien siempre me aseguré de mantenerme en mi zona cómoda, en el área de la mediocridad, en el sitio donde no se exige ningún esfuerzo, pero tampoco se consigue nada.
Araceli Cabrera
