Recuerda que tú eres el observador…
no eres el hacedor…
por tanto, cada vez que te des cuenta
de que te has salido de tu centro
y te has perdido en algún pensamiento,
simplemente vuelve…
vuelve al núcleo de tu ser interno,
al estado de consciencia de ti mismo…
sin culpas ni remordimientos.
Cuanto más apego hay al yo físico-mental-emocional,
más difícil es volver a tu centro…
Por tanto, suelta… libera… vuela y sé libre como el viento…
no hay nada que te retenga…
solo es tu propia mente…
obsérvala… elévate por encima del pensamiento…
sé como el ave que vuela,
dejando atrás toda limitación, toda carga,
despójate de todo apego,
y sé completamente libre en este momento.
