Volver a comenzar es algo que, la mayoría de nosotros, conocemos muy bien.
Cuantas veces debemos hacerlo?
No importa el número, importa que lo hagamos.
Es un fracaso volver a empezar?
Nunca, porque fracaso sería saber y sentir que debemos hacerlo y quedarnos en el mismo lugar, paralizados por miedos o por lo que los otros pudieran pensar al respecto.
Volver a comenzar es aceptar que debemos fluir con la vida, es aceptar que nadie puede vivir por nosotros, es asumir que tenemos la capacidad de cambiar el rumbo de nuestra vida, es renunciar al desamor, a la falta de autoestima, a quedarnos paralizados por nuestras limitaciones internas o externas.
Volver a comenzar es decirle siempre a la vida que podemos, que aún es tiempo, que nada es para siempre.
Pero volver a empezar es uno de los más hermosos regalos que podemos hacernos a nosotros mismos.