Dar para recibir.

Cuando damos nos sentimos valiosos para la otra persona. Y, cuando pedimos, es la otra persona quien se siente digna de nuestra confianza y valiosa para nosotros. Lo que permite una relación equilibrada y de iguales. La capacidad de recibir está muy relacionada con nuestra capacidad de ser agradecidos y humildes.

Saber dar también implica, saber recibir. Recibir desde la humildad de la necesidad, desde el respeto a lo que el otro puede dar, desde el agradecimiento y el dejarse sostener. Recibir, nos coloca en la vulnerabilidad, y a veces, nos cuesta asumir esa parte de nosotros.

Dar y recibir te descubrirá la clave del éxito de quienes se vuelcanen los demás y cambiará para siempre tus percepciones sobre el triunfo y el fracaso.

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