No llores por el pasado que ya se fue. Tampoco te preocupes por el futuro que no llega.

No llores por el pasado que ya se fue, no te estreses por el futuro que todavía no llega, vive en el presente y disfruta cada segundo.

Llorar y lamentarse sirve para muchos como excusas para aquietar su conciencia y creer que están haciendo algo  esparciendo su pesimismo y no comprometer nada. Las redes están llenas de lamentos y lloriqueos de plañideras sin gestos de ofrendas, que no sobrepasan a las lágrimas virtuales y las apuestas del teléfono inteligente, o el tecleo en la laptop y la tablet. Dime lo que haces y te diré quién eres, dime lo que hablas y te diré quién no eres. Pues “

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