Vivir en el pasado anclado o pendiente de qué pasará en el futuro es una manera de perderse el presente. El problema no es recordar momentos intensos, ni idear una vida deseada, el problema llega cuando nos refugiamos en uno u otro lado de manera continuada.
Pero, ¿qué les lleva a muchas personas a convertir el pasado en su presente? Resistirse a aceptar la realidad que se les presenta o considerar que una decisión tomada en el pasado es la causante del infortunio presente es uno de los motivos que hace a muchas personas vivir erróneamente.
“Vivir en el pasado es elegir morir en el presente y negarnos la posibilidad de poder disfrutar de un futuro mejor”.
-Anónimo-.
El pasado está escrito con todas aquellas vivencias que nos han traído aquí y ahora, a este lugar y de esta manera. Es un baúl lleno de experiencias buenas y malas, de decisiones erróneas y afortunadas, de tristezas y alegrías y personas que entraron y salieron de nuestra vida.
Vivir en el pasado es como correr tras el viento
No se trata de renunciar al pasado, sino evitar que se convierta en una atadura, un lastre, que nos paraliza y estorba para disfrutar del presente. Acudimos a él, a través del recuerdo. Pero sentir la necesidad de vivir en el pasado es un comportamiento poco recomendable para nuestro desarrollo personal.
