PERDÓNALOS Y PERDÓNATE.

El pasado es parte de nuestras vidas, negarlo es como “pretender ocultar el sol con un dedo”, es sencillamente imposible. Por eso, en vez de mortificarte con el ayer, ¿no te gustaría dejarlo y avanzar hacia la felicidad? ¿no sería fantástico despertarse un día y focalizarte en lo que tienes por delante en vez de estar mirando siempre para atrás? En este sencillo sermón te daré cinco consejos prácticos que te ayudarán a abandonar la prisión de la amargura, a salir del sótano del miedo, a romper las cadenas de las dudas, dejar las excusas del ayer, ¡basta de oxidarte en remordimientos del pasado y comienza a disfrutar de la vida que el Arquitecto divino diseñó para ti! El pasado, si no lo sueltas puede convertirse en tu ancla de por vida.

 PERDÓNALOS Y PERDÓNATE. Si tu pasado contiene situaciones que te hicieron daño o donde tú lo provocaste, lo que debes hacer es algo que tal vez no te gustará escuchar, algo que sabes que debes hacer pero que has estado posponiendo por años: Perdona. Así es, perdonar a esa persona, a esa Organización, a esa situación es un acto liberador, y perdonarte a ti mismo también. No hacerlo es como abrazar un cactus e irse a la cama con él, lo único que conseguirás es dañarte y por efecto colateral a los que amas. ¿Sabías que en muchos casos perdonar es más beneficioso para el ofendido que para el ofensor? La Biblia dice: «Quien pasa por alto la ofensa, crea lazos de amor» (Proverbios 17:9), y eso es justamente lo que necesitas, rodearte de amor el cual nunca florecerá por completo en tu vida hasta que no perdones a esa persona…, y a ti.

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