El odio produce más odio; el amor todo lo perdona. En los labios del sabio no falta la sabiduría; en la espalda del imprudente no faltan los garrotazos.
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Creo que el odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia.
El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor.
