“Sé amable y dispuesto a perdonar; nunca guardes rencor. Recuerda que el Señor te perdonó, así que debes perdonar a los demás”
Colosenses 3:13
Perdón es una palabra tan simple, pero a menudo es un concepto difícil de dominar. El perdón se puede definir como “el proceso de dejar de sentir resentimiento, indignación o ira por una ofensa, diferencia o error percibido, y dejar de exigir castigo o restitución”.
Si eso te suena desalentador, considera estas poderosas palabras de San Agustín : “El resentimiento es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera”.
Una de las bases para una vida feliz es aprender el arte de perdonar. Aferrarse a la ira, el resentimiento, la frustración y el dolor en tu vida te duele más que a nadie. La miseria envuelta dentro de ti puede causar estrés, depresión e incluso enfermedades físicas. Por lo tanto, además del hecho de que un corazón que no perdona no agrada a Dios, en realidad es mejor para su descubrir cómo perdonar.
¡Pero esa persona realmente me lastimó!
Aquí es donde se vuelve especialmente difícil: perdonar a alguien que te ha lastimado. Es una experiencia humana universal ser lastimado por otros. Pero para experimentar verdaderamente alegría en nuestras vidas, debemos aprender a perdonar a quienes nos han lastimado de alguna manera.
