A veces una persona puente es una compañera de trabajo que te echa una mano en un momento complicado de tu vida sin pedir nada a cambio para después desaparecer. Otras veces ese alma caritativa se queda y nos ayuda a transitar por un camino enfangado de la vida, ayudándonos y dándonos soporte.

Evidentemente este tipo de personas son lo mejor que le pasa a quien está con ellas. Ellas están comprometidas, ayudan y caminan a tu lado. Pero el compromiso no es recíproco, y este tipo de relaciones pueden tener efectos muy negativos en la persona puente, como enamorarnos sin que la otra persona se enamore de nosotros.