Una manera de manejar los pensamientos negativos es sustituirlos por pensamientos que lo hagan sentirse mejor. Imaginemos que acaba de enterarse de que tiene un problema de salud. Usted puede pensar «Mi vida ya nunca será como lo era antes» o «Este es el comienzo del fin para mí». Esto probablemente lo hará sentir bastante mal y debilitará su cuerpo, justo cuando necesita que esté fuerte.
O usted puede decirse a sí mismo algo como «Esto va a ser un desafío durante un tiempo, pero si tengo paciencia puedo aprender a adaptarme y aún disfrutar de mi vida» o «Esto es un contratiempo para mí, pero puedo recuperarme de él si me doy tiempo». Este tipo de pensamiento puede hacer que usted se sienta mejor y más esperanzado. Y además ayuda a su cuerpo.
¿Tiene usted pensamientos negativos en este momento? (A veces, es difícil saberlo). Tómese un minuto, preste atención a sus pensamientos y decida si son negativos. Si se está diciendo algo a sí mismo que lo hace sentir mal, recuerde: Usted tiene el control de lo que se dice a sí mismo. Así que, ¿por qué no pensar en algo más alentador?
